habla de un tiempo en que la ciudad de Puquio y los lugares eran propiedad de los ayllus (comunidades indígenas), los mismos que después fueron invadidos por los mistis (gente blanca y mestiza), quienes se apoderaron de las tierras de cultivo para convertirlas en pastizales para alimento del ganado.
Luego se habla sobre las preparaciones para el turupuklla (corrida de toros) en las celebraciones por el aniversario patrio, se oyen cánticos, suenan los wakawak ras, (trompetas de cuerno de toro) que se tocan durante las fiestas. Luego se describe al Misitu, (el toro montaraz), el cual debe ser traído por los indios desde la puna.
Aparecen los problemas cuando el subprefecto prohíbe por ordenes del gobierno que la fiesta sea a la manera india, con la intervención del público como toreros del luagar y con el uso de dinamita para matar a Misitu. Los principales mistis sugieren que la fiesta sea en adelante con la participación de un torero profesional y que se sigan las reglas de poder lidiar toros como en España.
El pueblo de Puquio no está de acuerdo con que se realice la fiesta de la manera como quiere el gobierno central, pero algunos puquianos que radican en Lima contratan un torero español y lo envían a Puquio. Cuando llega el dia el pueblo puquiano impone finalmente su tradición. El torero español es abucheado y en su lugar entran los toreros puquianos, para lidiar a la manera india, ante lo cual el subprefecto y las demás autoridades no se atreven a oponerse, temerosos de la reacción de la muchedumbre.
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